Como una casa
[2023-2024 ]
Imágenes de la exposición "Como una casa" en Galería Rosa Santos
Colaboradores: Centro de Residencias de Matadero de Madrid, Asociación Mundo en Movimiento, Asociación Aprosex, CIEs NO Valencia
Agradecimientos: Ainara, XXXX, Linda Porn, Viviana X, Julia del Portillo, Catalina Castañón
Documentación de sala: Nacho López
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Fichas técnicas:
• Yo, XXXX
Técnica: Escultura de hierro pintado de azul + cianotipia sobre papel de acuarela
Edición: Pieza única
Tamaño: 150 x 190 x 80 cm (escultura) y 30 x 40 cm (cianotipia)
• Yo, XXXX – Storyboard
Técnica: Lápiz y acuarela sobre papel
Edición: Pieza única
Tamaño: 40 x 60 cm
Montaje: Marco de metal con cristal antirreflejos
Año: 2024
• Yo, XXXX – Guion
Técnica: Impresión tintas pigmentadas UltraChrome sobre papel Canson neutro
Edición: 3 + 1 AP
Tamaño: 5 piezas de 21 x 29,7 cm
Montaje: Marco de metal con cristal antirreflejos
Año: 2024
• Quitasol
Técnica: Escultura de hierro perforado pintado de azul + cianotipia sobre papel de acuarela
Edición: Pieza única
Tamaño: 200 x 100 x 20 cm (escultura) y 30 x 40 cm (cianotipia)
Montaje: La escultura es una sola pieza. La cianotipia va montada con marco de metal y cristal antirreflejos
Año: 2023
• Como una casa
Técnica: Vídeo 4K (4.096 x 2160), monocanal, 25 fps, color, sonido estéreo
Edición: 3 + 1 AP
Duración: 29´35´´
Año: 2023
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ES_
…una carta puede siempre no llegar a su destino (1)
Esta exposición parte de dos relatos anónimos. Ambos relatos están situados en Centros de Internamiento de Extranjeros, uno en Madrid y otro en Valencia. Ainara (pseudónimo) estuvo presa en el CIE de Aluche (Madrid). XXXX —desconocemos su verdadero nombre— estuvo preso en el CIE de Zapadores (Valencia). Sus experiencias como personas migrantes en el estado español son diferentes, pero tienen en común el periodo de encierro forzado en un CIE y el subsiguiente silenciamiento que tuvieron que padecer, o con el que transigieron, dada su vulnerabilidad legal y la vulneración de sus derechos que comprende la ley de extranjería.
A pesar del régimen de hipervisualidad que habitamos en el norte global, estamos rodeadas de agujeros negros, de espacios opacos y de historias soterradas. Existen políticas de visibilización e invisibilización del pasado y del presente más incómodo que requieren de trabajo y reflexión para poder acceder a narraciones que quedan fuera del sistema de representación hegemónico.
La principal herramienta que manejo para acceder a estos testimonios es la escucha. Esta escucha suele ir acompañada de relaciones personales que van más allá de los proyectos y que surgen de forma orgánica compartiendo tiempo y generando un contexto de trabajo en el que muchas decisiones se discuten y consensuan. Mi intención no es solo contar estos testimonios, sino también, señalar las causas por las que no pueden ser relatados en primera persona.
Centros de Internamiento
La designación de “Centro de Internamiento de Extranjeros” es un eufemismo que trata de encubrir el hecho de que los CIEs son cárceles para personas migrantes. Estos centros no están reconocidos como instituciones penitenciarias, lo cual favorece la invisibilidad y la impunidad de lo que ocurre dentro de estos espacios.
Los CIEs son cárceles racistas en las que se violan constantemente los derechos de las personas presas. Forman parte del brazo ejecutor de las necropolíticas migratorias y son intersticios en los que las personas son desprovistas de su dignidad y sus capacidades, convirtiéndose en víctimas de la perversidad con la que el sistema produce personas no ciudadanas bajo el prisma administrativo. (Paramés y Peñalosa, 2021)
A lo largo del último siglo y medio, la inmigración ha servido para generar, no solo la suficiente fuerza de trabajo, sino el exceso que el mercado capitalista requiere. España necesita con urgencia mano de obra atemorizada y vulnerable. Por ello, las fronteras no están solo en los territorios colindantes; la ley de extranjería convierte todo el territorio en territorio fronterizo y el CIE es un ejemplo de frontera interior. Este tipo de instituciones no persigue “reorientar” las trayectorias vitales de los detenidos, sino transmitir un mensaje disciplinario diferencial para el conjunto de la población extranjera que los lleve a aceptar cualquier condición laboral. (Simón, 2022)
Ante la violación sistemática de derechos que se da en los CIEs, la amenaza de la deportación impide, en muchos casos, que se genere una denuncia. Esto es debido a que el resultado que obtiene el/la denunciante es la deportación: un vuelo de regreso y una denuncia que queda archivada(2). Así se van perpetuando las violencias en los CIEs, el dispositivo está perfectamente diseñado para que, si se alza la voz, se alce el vuelo. Una vez deportadas, estas personas desaparecen, dejan de existir dentro de nuestras fronteras y no solemos volver a saber de ellas. Se acaba con sus proyectos de vida en los países a los que han emigrado y se les abandona a su suerte en sus países de origen —o terceros países—, lugares de los que han huido en muchos casos por guerras, situaciones de riesgo, o precariedad máxima. Este es el caso de XXXX, un chico que, tras un intento de fuga del CIE de Zapadores, vivió un infierno en la celda de aislamiento —algo así como una cárcel dentro de la propia cárcel—. Allí sufrió múltiples violencias y, ante eso, tuvo una respuesta de resistencia activa que me gustaría poner en valor. En esos gestos de desobediencia como prender fuego un colchón o los intentos fallidos de fuga, vislumbramos las grietas de valentía y capacidad de contestación crítica que surgen en situaciones límites como esta.
Yo, XXXX
XXXX denunció los abusos sufridos y la historia, una vez más, finalizó con un vuelo de deportación y una causa archivada. Antes de partir, XXXX escribió una carta a mano en la que relató todo lo vivido en Zapadores, ese escrito es la piedra angular de esta parte de la exposición.
Los espacios que configuran las instituciones de encierro y represión articulan las vidas de lo que allí dentro sucede. Los CIEs ofrecen celdas hacinadas con literas azules de hierro, mobiliario que también encontramos en la diminuta celda de aislamiento en la que fue encerrado XXXX. La interpretación de este meta-encierro se formaliza en la propuesta escultórica titulada Yo, XXXX en la que se replica una de las literas del CIE y se le añaden más elementos de aislamiento conformando una suerte de cama-celda. Si nos asomamos por la reja, encontramos una cianotipia con la transcripción exacta de la carta escrita por XXXX antes de su deportación.
En esta carta descubrimos una historia que no está representada ya que reúne una serie de acontecimientos que el poder se encarga siempre de dejar fuera de cuadro. Creo que era necesario poner en escena de algún modo –en este caso, a través del formato storyboard y del guion— una secuencia sobrecogedora y convulsa susceptible de ser una película en potencia.
La cárcel que devino otra cárcel
En el caso del CIE de Madrid, hay una estrategia específica para su ocultamiento que es el propio nombre que se le ha dado al centro: CIE de Aluche. Esta designación oculta el hecho de que el CIE de Aluche está en realidad en Carabanchel, en los terrenos de la antigua cárcel. Esto responde a una estrategia de desmemoria entre un espacio y otro. El derribo del panóptico de la prisión en al año 2008 fue una operación de borrado de la memoria del pasado represivo y vergonzoso de la cárcel más representativa del régimen de Franco. Asimismo, este intento de borrado de memoria trata también de liberar al barrio de Carabanchel del estigma relacionado con la prisión y con la delincuencia, estigma que se le vierte ahora a la figura del extranjero más precarizado y lo sitúa en el barrio vecino, Aluche. (García García, 2012)
Se da, además, otro elemento que favorece la invisibilización o el camuflaje del centro en el barrio: la arquitectura del edificio no se corresponde en absoluto a los diseños habituales de los espacios de represión; de hecho, tiene un aspecto lúdico, colorido, que podría recordar a otro tipo de espacios, hay quien dice que parece un Ikea. Cuando se reformó el edificio para convertirlo en CIE, se estetizó el inmueble invisibilizando así lo que ocurre en su interior. Se pintaron las paredes de amarillo y a las ventanas se les puso unas mamparas azules para cubrir los barrotes que hay detrás. Además, al patio se le construyó un tejado. Estos elementos arquitectónicos interrumpen la visión de los reclusos al exterior y viceversa, desde fuera no se puede ver lo que sucede dentro. Esto, combinado con las cúpulas coloridas que se le añadieron, ha dado lugar al hecho de que muchas vecinas de Carabanchel ignoren que ese singular edificio está habitado por personas extranjeras privadas de libertad y dirigido por la Policía Nacional.
En 2005 abrió sus puertas el CIE de Aluche tras la reforma arquitectónica llevada a cabo por el arquitecto Adolfo Morán del antiguo hospital penitenciario de la cárcel de Carabanchel. El arquitecto tenía toda una retórica de la transparencia: “Es un edificio ecológico, con una cubierta que se levanta y se baja y que recuerda que la palabra policía significa transparencia” (3).
Uno de los elementos más perversos que incluyó el arquitecto en la reforma del edificio, fueron las mamparas azules mencionadas. Estas cubiertas metálicas con pequeños agujeros, permiten que entre parte de la luz, pero impiden la visibilidad de dentro hacia afuera y de fuera hacia dentro. Las rejas del CIE pueden observarse fácilmente desde el exterior cuando es de noche y las luces interiores están encendidas.
Quitasol
La primera parte de este proyecto ha consistido en replicar una de las mamparas del CIE para señalar el régimen de opacidad de todo el dispositivo deportador a través de un elemento arquitectónico concreto que, desde mi criterio, sintetiza la investigación en una propuesta plástica que funciona como huella del proceso. La pieza Quitasol consiste en este elemento sacado de contexto y va acompañado de una imagen en la que se puede leer la descripción de las ventanas hecha por Ainara. A la escultura que interrumpe la luz en las celdas, se le suman las palabras de la reclusa reveladas al sol, con el procedimiento decimonónico de la cianotipia en el que la imagen aparece por su exposición a la luz solar. Hay un intento alegórico de quitar esa mampara opaca para escuchar qué se dice desde dentro.
Ainara había sido llevada por la policía y aislada en el CIE durante un mes por su situación irregular de documentación. Las personas migrantes que han pasado por un CIE casi nunca pueden hablar y compartir su experiencia. Esto es debido a que, tras el periodo de reclusión, o bien son deportadas, o quedan libres en el estado español, pero con una situación de documentación irregular. Esta condición es compleja de resolver y tiene como consecuencia que estas personas no puedan identificarse, ni denunciar, ni contar su historia por miedo a un nuevo encierro y/o deportación.
Como una casa
En este punto concreto del proceso decidí que llevaría a cabo una pieza audiovisual en la que otra persona encarnara la historia de Ainara. Esta persona con una situación legal en regla, funciona como un cuerpo intermediario, un altavoz, un médium, un canal a través del que conocer en primera persona la experiencia de Ainara. Para realizar la pieza Como una casa, he tenido como referencia la técnica de teatro denominado “Verbatim”, que da lugar a representaciones escénicas en las que se reproducen textos que son transcripciones de testimonios reales. Mi punto de partida para el guion ha sido la grabación de una larga conversación telefónica que mantuve con Ainara en la que me relató todo su periplo como persona migrante en el estado español y toda la violencia institucional en la que se ha visto envuelta.
El relato de Ainara condensa diversas cuestiones que son representativas de algunas problemáticas actuales que atender. Su historia pone en duda y nos hace preguntarnos sobre asuntos como el trabajo sexual, la ley de extranjería, el sistema penitenciario o el racismo y machismo estructurales. Es impertinente hablar de trabajo sexual sin hablar de migración. Las posturas abolicionistas de la prostitución obvian en su argumentario la ley de extranjería, que es el origen de que muchas mujeres elijan desempeñar el trabajo sexual antes que los trabajos precarizados y esclavizantes que el estado español y sus leyes imponen para las personas migrantes. Tampoco se puede hablar de migración sin hablar de colonialidad. Como establece Francoise Vergès (2022), entre otras muchas autoras, la esclavitud colonial desempeña un papel fundacional que tiene como consecuencia el hecho de que el racismo continúe estructurando las instituciones del poder y forjando una política de vidas desechables.
Era importante que la persona que encarnara la historia de Ainara fuera alguien cuyo lugar de enunciación interpelara a los asuntos que atraviesan la historia. Tras consensuarlo con Ainara, me puse en contacto con la artista y actriz mexicana Linda Porn, que además es trabajadora sexual y activista por los derechos de las trabajadoras sexuales y antirracista. Linda aceptó interpretar el personaje y, a partir de ese momento, conformamos un equipo de tres personas para producir la pieza. En Como una casa se entremezcla la actuación de Linda Porn con fragmentos reales de la conversación telefónica que mantuve con Ainara. Se intuye que hay dos voces contando la misma historia, una voz a la que ponemos cuerpo y otra voz lejana que somos incapaces de identificar.
Somos las vecinas de Ainara y de XXXX, el CIE de Valencia está en el barrio de Les Corts, el CIE de Madrid está en Carabanchel. Hay una cara B en nuestras ciudades que no queremos mirar, espacios en los que, como dijo Butler (2010), hay “sujetos” que no son completamente reconocibles como sujetos, hay “vidas” que no son reconocidas como vidas y que, por lo tanto, no merecen ser lloradas.
Florencia Rojas, 2024
(1) DERRIDA, Jacques: La tarjeta postal. De Freud a Lacan y más allá. Siglo XXI. México, 1986, p. 183
(2) Así se hace saber en los informes publicados por CIEs NO Valencia en los que encontramos un buen número de casos en los que la historia de denuncia seguida de deportación se repite.
(3) GARCÍA GARCÍA, Sergio: Co-producción (y cuestionamientos) del dispositivo securitario en Carabanchel. Tesis doctoral. Directoras: Ana María Rivas Rivas, Mariantonia Rossana Cassigoli Salamon. Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Antropología Social, 2012.
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EN_ The point of departure for this exhibition is two first-hand accounts. Related anonymously, both accounts come from immigration detention centres or CIEs (for their acronym in Spanish, Centro de Internamiento de Extranjeros), one in Madrid and the other in Valencia. Ainara (pseudonym) was interned in the Aluche CIE in Madrid, while XXXX —whose real name we do not know—was interned in the Zapadores CIE in Valencia. Their experiences as migrants in Spain are different, but they share in common a period of forced detention in a CIE and the subsequent silencing they had to suffer, or put up with, given the vulnerability of their legal status and the violation of the rights included in current Immigration Law.
Despite the regime of hypervisuality in which we all live in the global north, we are surrounded by black holes, opaque places and buried stories. There are policies of visibilization and invisibilization of the past and the unpalatable present that call for work and reflection in order to be able to access narrations left outside the hegemonic system of representation.
My primary instrument for gaining access to these personal accounts is listening. And this listening generally goes hand in hand with personal relations that go beyond the actual project itself and come about organically through spending time together and creating a working context in which many decisions are debated and agreed. My intention is not only to relay these accounts but also to underscore the reasons why they cannot be conveyed first-hand by the people themselves.
Detention Centres
The name “Centro de Internamiento de Extranjeros”, literally Internment Centre for Foreigners, is a euphemism which endeavours to disguise the fact that CIEs are prisons for migrants. These centres are not acknowledged as penitentiary institutions, thus favouring invisibility and impunity for what goes on inside them.
CIEs are racist prisons where the rights of the people detained are constantly violated. These centres are part of the machinery of migratory necropolitics and are interstices in which people are deprived of their dignity and their skills, and turned into victims of the perversity with which the system produces non-citizen persons, administratively speaking. (Paramés & Peñalosa, 2021)
Over the last century and a half, immigration has served to generate not just sufficient labour force but the excess which the capitalist market requires. Spain urgently needs a browbeaten and vulnerable workforce. That’s why borders are not just shared with neighbouring territories; Spanish immigration laws turn the whole of the territory into a frontier border territory with the CIE being a prime example of an internal border. The mission of these institutions is not to “redirect” the vital trajectories of detainees but to convey a differential disciplinary message to the whole of the immigrant population that coerces them into accepting whatever working conditions they are offered. (Simón, 2022)
Given the systematic violation of rights in CIEs, the threat of deportation often means that complaints or cases of abuse are not reported. This is because the result of filing a complaint is generally deportation: a one-way flight back to where you came from and another case closed. And so there is nothing to stop these violations of right in CIEs from being perpetuated. The machinery is so well-oiled and designed that anyone who speaks out is sure to get a seat on the next available flight. And once deported, these people disappear from the system, they no longer exist inside our borders and we usually hear no more from them. A quick end is put to life projects in the countries to which they emigrated, and they are abandoned to fate in their home countries (or third countries), the very places they left in many cases because of war, persecution or extreme poverty. This is the case of XXXX, a young man who, after an attempted escape from the Zapadores CIE, was put through hell in solitary confinement—more or less a prison within a prison. There he suffered multiple forms of violence to which he responded with active resistance, which I would like to focus on. In acts of disobedience like setting a mattress on fire or his repeated attempts to escape, we can catch a glimpse of the fissures opened up by showing spirit and the capacity for critical response that arise in limit situations like this.
I, XXXX
XXXX denounced the abuse suffered and, once again, the story ended up with deportation and another file closed. Before leaving, XXXX wrote a letter by hand in which he detailed his experiences in Zapadores CIE, an artefact which is a cornerstone for this part of the exhibition.
The spaces configured by institutions of detention and repression articulate the lives of what happens inside. The CIEs contain overcrowded cells with blue iron bunkbeds, the same furniture also to be found in the tiny solitary confinement cell in which XXXX was locked up. The interpretation of this meta-detention is formalized in a sculptural proposal called Yo, XXXX (I, XXXX) which replicates one of the bunkbeds from the CIE and adds other elements of confinement to give shape to a bed-cell of sorts. If we peek through the grating, we will see a cyanotype with the transcription of the letter XXXX wrote before being deported.
The letter tells a story that is not depicted because it contains a number of events that Power always manages to keep outside the picture. I believe it was necessary to somehow stage—in this case through the format of a storyboard and script—an overwhelming and turbulent sequence ripe to be turned into a movie.
The prison turned into another prison
In the case of the CIE in Madrid, there is a specific strategy to go undetected which is involved in the very name of the centre: Aluche CIE. The name conceals the fact that the Aluche CIE is really in Carabanchel, in the grounds of a former prison. This responds to a deliberate strategy of erasing any possible connection between one place and the other. The demolition of the panopticon of the Carabanchel prison in 2008 was an operation to wipe the slate clean on the shameful and repressive past of the most infamous prison during Franco’s regime. At the same time, this attempt to erase the memory was also an attempt to free the neighbourhood of Carabanchel of the stigma related with the prison and with delinquency, a stigma now cast on the figure of the precarious immigrant and relocated to the adjacent neighbourhood of Aluche. (García García, 2012)
In addition, there is another element that favours the invisibilization or camouflage of the CIE in the neighbourhood: the architecture of the building in no way corresponds to the usual design of spaces of repression. In fact, it has a colourful, playful appearance reminiscent of other types of places, and some people say it even looks like an Ikea. When the building was refurbished to turn it into a CIE, it was aestheticized to make what goes on inside it invisible. The walls were painted yellow and the windows were covered with blue screens to hide the bars behind them. Furthermore, the courtyard was covered over with a roof. These architectural elements prevented detainees from seeing the outside world and, vice versa, from the outside you could not see what was happening inside. This, combined with the colourful domes added on, means that many local people in Carabanchel have no idea that inside this singular building, directed by the National Police, immigrants are deprived of their freedom.
The Aluche CIE was opened in 2005 following the refurbishment of the former hospital of the Carabanchel prison undertaken by the architect Adolfo Morán who deployed a whole rhetoric of transparency, claiming that it is “an environmental building, with a roof that can be raised and lowered, which reminds us that the word ‘police’ stands for transparency.”
One of the most perverse elements the architect included in the refurbishment of the building were the aforementioned blue screens. These metallic coverings perforated with small holes allow a certain amount of light to enter but prevent visibility from inside out and from outside in. However, the bars on the windows of the CIE can be readily seen at night-time when the lights inside the cells are switched on.
Sunshade
The first part of this project consisted in replicating one of the screens from the CIE to signal the opaque regime of the whole deportation device through a specific architectural element that, to my way of thinking, synthetizes the research in a visual arts project that operates as a trace of the process. The work Quitasol (Sunshade) consists in this element taken out of context and accompanied by an image in which one can read the description Ainara makes of the windows. The sculpture, which filters the light entering the cells, also includes the detainee’s words are revealed by sunlight, using the nineteenth-century cyanotype technique in which images are produced by exposure to sunlight. There is an allegorical intention to remove this opaque screen in order to listen to what is being said inside.
Ainara was arrested by the police and interned in the CIE for a month because of her irregular undocumented situation. Migrants interned in a CIE almost never speak about or share their experiences. This is because, after the period of detention, they are either deported or allowed to stay in Spain but in the same irregular situation without documents. This condition is hard to resolve and means that these people are unable to identify themselves, file complaints, nor tell their story for fear of being detained again and/or deported.
Like a Home
At this juncture in the process I decided to make an audiovisual piece in which another person would embody Ainara’s story. This person, whose legal situation is in order, operates like an intermediary body, a loudspeaker, a medium, a channel for knowing Ainara’s experience first-hand. To undertake the piece Como una casa (Like a Home), I borrowed inspiration from the Verbatim Theatre technique, which gives rise to dramatized performances that reproduce transcriptions of real testimonies. My point of departure for the script was the recording of a long phone conversation I had with Ainara in which she told me about her experience as a migrant in Spain and all the institutional violence to which she was subjected.
Ainara’s story touches on several concerns illustrative of certain current problems which need to be addressed. Her story brings into question and forces us to think about issues like sex work, immigration law, the penitentiary system or structural racism and sexism. It is impossible to speak about sex work without speaking about migration. The arguments for abolitionist positions on prostitution ignore immigration law, which is the reason why so many women choose sex work over the precarious and enslaving jobs that Spain and its laws imposes on migrants. Nor is it possible to speak about migration without speaking about coloniality. As argued by Françoise Vergès (2022), among many other authors, colonial slavery plays a foundational role whose consequence is that racism continues to undergird institutions of power and to drive policies of expendable lives.
It was important that the person embodying Ainara’s story would be someone whose place of enunciation brings into question the issues cutting across the story. After agreeing with Ainara, I contacted the Mexican artist and actress Linda Porn, who is also a sex worker, an activist for the rights of sex workers and antiracist activist. Linda agreed to play the character and, from that moment onwards, we worked as a three-person team to produce the piece. Como una casa combines Linda Porn’s performance with real extracts from the phone conversation I had with Ainara. One can sense that there are two voices telling the same story, one voice which is given a body and the other a distant voice we are unable to identify.
Ainara and XXXX are our neighbours, the Valencia CIE is located in the Les Corts neighbourhood, the Madrid CIE is in Carabanchel. Our cities have an underbelly we do not want to see, places where, as Butler explains (2010), “some ‘subjects’ are not quite recognizable as subjects, and there are ‘lives’ that are not quite—or, indeed, are never—recognized as lives” and so, therefore, they don’t deserve to be grieved.
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BIBLIOGRAFÍA
BUTLER, J. Marcos de guerra: Las vidas lloradas, Barcelona: Ediciones Paidós Mexicana, 2010
GARCÍA GARCÍA, Sergio: Co-producción (y cuestionamientos) del dispositivo securitario en Carabanchel. Tesis doctoral. Directoras: Ana María Rivas Rivas, Mariantonia Rossana Cassigoli Salamon. Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Antropología Social, 2012
PARAMÉS, M. y PEÑALOSA, M.: Regularizar lo inhumano, una aproximación crítica al Centro de
Internamiento de Extranjeros de Madrid desde el género y la salud. Rosa Luxemburg Stiftung, 2021
SIMÓN, P. Miedo, viaje por un mundo que se resiste a ser gobernado por el odio, Barcelona: Penguin
Random House Grupo Editorial, 2022
VV. AA. (CIEs No Valencia): ¿Cuál es el delito? Informe de la Campaña por el cierre de los centros de internamiento: el caso de Zapadores. 2012
VERGÈS, F. Un feminismo descolonial, Madrid: Traficantes de sueños, 2022
Colaboradores: Centro de Residencias de Matadero de Madrid, Asociación Mundo en Movimiento, Asociación Aprosex, CIEs NO Valencia
Agradecimientos: Ainara, XXXX, Linda Porn, Viviana X, Julia del Portillo, Catalina Castañón
Documentación de sala: Nacho López
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Fichas técnicas:
• Yo, XXXX
Técnica: Escultura de hierro pintado de azul + cianotipia sobre papel de acuarela
Edición: Pieza única
Tamaño: 150 x 190 x 80 cm (escultura) y 30 x 40 cm (cianotipia)
• Yo, XXXX – Storyboard
Técnica: Lápiz y acuarela sobre papel
Edición: Pieza única
Tamaño: 40 x 60 cm
Montaje: Marco de metal con cristal antirreflejos
Año: 2024
• Yo, XXXX – Guion
Técnica: Impresión tintas pigmentadas UltraChrome sobre papel Canson neutro
Edición: 3 + 1 AP
Tamaño: 5 piezas de 21 x 29,7 cm
Montaje: Marco de metal con cristal antirreflejos
Año: 2024
• Quitasol
Técnica: Escultura de hierro perforado pintado de azul + cianotipia sobre papel de acuarela
Edición: Pieza única
Tamaño: 200 x 100 x 20 cm (escultura) y 30 x 40 cm (cianotipia)
Montaje: La escultura es una sola pieza. La cianotipia va montada con marco de metal y cristal antirreflejos
Año: 2023
• Como una casa
Técnica: Vídeo 4K (4.096 x 2160), monocanal, 25 fps, color, sonido estéreo
Edición: 3 + 1 AP
Duración: 29´35´´
Año: 2023
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ES_
…una carta puede siempre no llegar a su destino (1)
Esta exposición parte de dos relatos anónimos. Ambos relatos están situados en Centros de Internamiento de Extranjeros, uno en Madrid y otro en Valencia. Ainara (pseudónimo) estuvo presa en el CIE de Aluche (Madrid). XXXX —desconocemos su verdadero nombre— estuvo preso en el CIE de Zapadores (Valencia). Sus experiencias como personas migrantes en el estado español son diferentes, pero tienen en común el periodo de encierro forzado en un CIE y el subsiguiente silenciamiento que tuvieron que padecer, o con el que transigieron, dada su vulnerabilidad legal y la vulneración de sus derechos que comprende la ley de extranjería.
A pesar del régimen de hipervisualidad que habitamos en el norte global, estamos rodeadas de agujeros negros, de espacios opacos y de historias soterradas. Existen políticas de visibilización e invisibilización del pasado y del presente más incómodo que requieren de trabajo y reflexión para poder acceder a narraciones que quedan fuera del sistema de representación hegemónico.
La principal herramienta que manejo para acceder a estos testimonios es la escucha. Esta escucha suele ir acompañada de relaciones personales que van más allá de los proyectos y que surgen de forma orgánica compartiendo tiempo y generando un contexto de trabajo en el que muchas decisiones se discuten y consensuan. Mi intención no es solo contar estos testimonios, sino también, señalar las causas por las que no pueden ser relatados en primera persona.
Centros de Internamiento
La designación de “Centro de Internamiento de Extranjeros” es un eufemismo que trata de encubrir el hecho de que los CIEs son cárceles para personas migrantes. Estos centros no están reconocidos como instituciones penitenciarias, lo cual favorece la invisibilidad y la impunidad de lo que ocurre dentro de estos espacios.
Los CIEs son cárceles racistas en las que se violan constantemente los derechos de las personas presas. Forman parte del brazo ejecutor de las necropolíticas migratorias y son intersticios en los que las personas son desprovistas de su dignidad y sus capacidades, convirtiéndose en víctimas de la perversidad con la que el sistema produce personas no ciudadanas bajo el prisma administrativo. (Paramés y Peñalosa, 2021)
A lo largo del último siglo y medio, la inmigración ha servido para generar, no solo la suficiente fuerza de trabajo, sino el exceso que el mercado capitalista requiere. España necesita con urgencia mano de obra atemorizada y vulnerable. Por ello, las fronteras no están solo en los territorios colindantes; la ley de extranjería convierte todo el territorio en territorio fronterizo y el CIE es un ejemplo de frontera interior. Este tipo de instituciones no persigue “reorientar” las trayectorias vitales de los detenidos, sino transmitir un mensaje disciplinario diferencial para el conjunto de la población extranjera que los lleve a aceptar cualquier condición laboral. (Simón, 2022)
Ante la violación sistemática de derechos que se da en los CIEs, la amenaza de la deportación impide, en muchos casos, que se genere una denuncia. Esto es debido a que el resultado que obtiene el/la denunciante es la deportación: un vuelo de regreso y una denuncia que queda archivada(2). Así se van perpetuando las violencias en los CIEs, el dispositivo está perfectamente diseñado para que, si se alza la voz, se alce el vuelo. Una vez deportadas, estas personas desaparecen, dejan de existir dentro de nuestras fronteras y no solemos volver a saber de ellas. Se acaba con sus proyectos de vida en los países a los que han emigrado y se les abandona a su suerte en sus países de origen —o terceros países—, lugares de los que han huido en muchos casos por guerras, situaciones de riesgo, o precariedad máxima. Este es el caso de XXXX, un chico que, tras un intento de fuga del CIE de Zapadores, vivió un infierno en la celda de aislamiento —algo así como una cárcel dentro de la propia cárcel—. Allí sufrió múltiples violencias y, ante eso, tuvo una respuesta de resistencia activa que me gustaría poner en valor. En esos gestos de desobediencia como prender fuego un colchón o los intentos fallidos de fuga, vislumbramos las grietas de valentía y capacidad de contestación crítica que surgen en situaciones límites como esta.
Yo, XXXX
XXXX denunció los abusos sufridos y la historia, una vez más, finalizó con un vuelo de deportación y una causa archivada. Antes de partir, XXXX escribió una carta a mano en la que relató todo lo vivido en Zapadores, ese escrito es la piedra angular de esta parte de la exposición.
Los espacios que configuran las instituciones de encierro y represión articulan las vidas de lo que allí dentro sucede. Los CIEs ofrecen celdas hacinadas con literas azules de hierro, mobiliario que también encontramos en la diminuta celda de aislamiento en la que fue encerrado XXXX. La interpretación de este meta-encierro se formaliza en la propuesta escultórica titulada Yo, XXXX en la que se replica una de las literas del CIE y se le añaden más elementos de aislamiento conformando una suerte de cama-celda. Si nos asomamos por la reja, encontramos una cianotipia con la transcripción exacta de la carta escrita por XXXX antes de su deportación.
En esta carta descubrimos una historia que no está representada ya que reúne una serie de acontecimientos que el poder se encarga siempre de dejar fuera de cuadro. Creo que era necesario poner en escena de algún modo –en este caso, a través del formato storyboard y del guion— una secuencia sobrecogedora y convulsa susceptible de ser una película en potencia.
La cárcel que devino otra cárcel
En el caso del CIE de Madrid, hay una estrategia específica para su ocultamiento que es el propio nombre que se le ha dado al centro: CIE de Aluche. Esta designación oculta el hecho de que el CIE de Aluche está en realidad en Carabanchel, en los terrenos de la antigua cárcel. Esto responde a una estrategia de desmemoria entre un espacio y otro. El derribo del panóptico de la prisión en al año 2008 fue una operación de borrado de la memoria del pasado represivo y vergonzoso de la cárcel más representativa del régimen de Franco. Asimismo, este intento de borrado de memoria trata también de liberar al barrio de Carabanchel del estigma relacionado con la prisión y con la delincuencia, estigma que se le vierte ahora a la figura del extranjero más precarizado y lo sitúa en el barrio vecino, Aluche. (García García, 2012)
Se da, además, otro elemento que favorece la invisibilización o el camuflaje del centro en el barrio: la arquitectura del edificio no se corresponde en absoluto a los diseños habituales de los espacios de represión; de hecho, tiene un aspecto lúdico, colorido, que podría recordar a otro tipo de espacios, hay quien dice que parece un Ikea. Cuando se reformó el edificio para convertirlo en CIE, se estetizó el inmueble invisibilizando así lo que ocurre en su interior. Se pintaron las paredes de amarillo y a las ventanas se les puso unas mamparas azules para cubrir los barrotes que hay detrás. Además, al patio se le construyó un tejado. Estos elementos arquitectónicos interrumpen la visión de los reclusos al exterior y viceversa, desde fuera no se puede ver lo que sucede dentro. Esto, combinado con las cúpulas coloridas que se le añadieron, ha dado lugar al hecho de que muchas vecinas de Carabanchel ignoren que ese singular edificio está habitado por personas extranjeras privadas de libertad y dirigido por la Policía Nacional.
En 2005 abrió sus puertas el CIE de Aluche tras la reforma arquitectónica llevada a cabo por el arquitecto Adolfo Morán del antiguo hospital penitenciario de la cárcel de Carabanchel. El arquitecto tenía toda una retórica de la transparencia: “Es un edificio ecológico, con una cubierta que se levanta y se baja y que recuerda que la palabra policía significa transparencia” (3).
Uno de los elementos más perversos que incluyó el arquitecto en la reforma del edificio, fueron las mamparas azules mencionadas. Estas cubiertas metálicas con pequeños agujeros, permiten que entre parte de la luz, pero impiden la visibilidad de dentro hacia afuera y de fuera hacia dentro. Las rejas del CIE pueden observarse fácilmente desde el exterior cuando es de noche y las luces interiores están encendidas.
Quitasol
La primera parte de este proyecto ha consistido en replicar una de las mamparas del CIE para señalar el régimen de opacidad de todo el dispositivo deportador a través de un elemento arquitectónico concreto que, desde mi criterio, sintetiza la investigación en una propuesta plástica que funciona como huella del proceso. La pieza Quitasol consiste en este elemento sacado de contexto y va acompañado de una imagen en la que se puede leer la descripción de las ventanas hecha por Ainara. A la escultura que interrumpe la luz en las celdas, se le suman las palabras de la reclusa reveladas al sol, con el procedimiento decimonónico de la cianotipia en el que la imagen aparece por su exposición a la luz solar. Hay un intento alegórico de quitar esa mampara opaca para escuchar qué se dice desde dentro.
Ainara había sido llevada por la policía y aislada en el CIE durante un mes por su situación irregular de documentación. Las personas migrantes que han pasado por un CIE casi nunca pueden hablar y compartir su experiencia. Esto es debido a que, tras el periodo de reclusión, o bien son deportadas, o quedan libres en el estado español, pero con una situación de documentación irregular. Esta condición es compleja de resolver y tiene como consecuencia que estas personas no puedan identificarse, ni denunciar, ni contar su historia por miedo a un nuevo encierro y/o deportación.
Como una casa
En este punto concreto del proceso decidí que llevaría a cabo una pieza audiovisual en la que otra persona encarnara la historia de Ainara. Esta persona con una situación legal en regla, funciona como un cuerpo intermediario, un altavoz, un médium, un canal a través del que conocer en primera persona la experiencia de Ainara. Para realizar la pieza Como una casa, he tenido como referencia la técnica de teatro denominado “Verbatim”, que da lugar a representaciones escénicas en las que se reproducen textos que son transcripciones de testimonios reales. Mi punto de partida para el guion ha sido la grabación de una larga conversación telefónica que mantuve con Ainara en la que me relató todo su periplo como persona migrante en el estado español y toda la violencia institucional en la que se ha visto envuelta.
El relato de Ainara condensa diversas cuestiones que son representativas de algunas problemáticas actuales que atender. Su historia pone en duda y nos hace preguntarnos sobre asuntos como el trabajo sexual, la ley de extranjería, el sistema penitenciario o el racismo y machismo estructurales. Es impertinente hablar de trabajo sexual sin hablar de migración. Las posturas abolicionistas de la prostitución obvian en su argumentario la ley de extranjería, que es el origen de que muchas mujeres elijan desempeñar el trabajo sexual antes que los trabajos precarizados y esclavizantes que el estado español y sus leyes imponen para las personas migrantes. Tampoco se puede hablar de migración sin hablar de colonialidad. Como establece Francoise Vergès (2022), entre otras muchas autoras, la esclavitud colonial desempeña un papel fundacional que tiene como consecuencia el hecho de que el racismo continúe estructurando las instituciones del poder y forjando una política de vidas desechables.
Era importante que la persona que encarnara la historia de Ainara fuera alguien cuyo lugar de enunciación interpelara a los asuntos que atraviesan la historia. Tras consensuarlo con Ainara, me puse en contacto con la artista y actriz mexicana Linda Porn, que además es trabajadora sexual y activista por los derechos de las trabajadoras sexuales y antirracista. Linda aceptó interpretar el personaje y, a partir de ese momento, conformamos un equipo de tres personas para producir la pieza. En Como una casa se entremezcla la actuación de Linda Porn con fragmentos reales de la conversación telefónica que mantuve con Ainara. Se intuye que hay dos voces contando la misma historia, una voz a la que ponemos cuerpo y otra voz lejana que somos incapaces de identificar.
Somos las vecinas de Ainara y de XXXX, el CIE de Valencia está en el barrio de Les Corts, el CIE de Madrid está en Carabanchel. Hay una cara B en nuestras ciudades que no queremos mirar, espacios en los que, como dijo Butler (2010), hay “sujetos” que no son completamente reconocibles como sujetos, hay “vidas” que no son reconocidas como vidas y que, por lo tanto, no merecen ser lloradas.
Florencia Rojas, 2024
(1) DERRIDA, Jacques: La tarjeta postal. De Freud a Lacan y más allá. Siglo XXI. México, 1986, p. 183
(2) Así se hace saber en los informes publicados por CIEs NO Valencia en los que encontramos un buen número de casos en los que la historia de denuncia seguida de deportación se repite.
(3) GARCÍA GARCÍA, Sergio: Co-producción (y cuestionamientos) del dispositivo securitario en Carabanchel. Tesis doctoral. Directoras: Ana María Rivas Rivas, Mariantonia Rossana Cassigoli Salamon. Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Antropología Social, 2012.
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EN_ The point of departure for this exhibition is two first-hand accounts. Related anonymously, both accounts come from immigration detention centres or CIEs (for their acronym in Spanish, Centro de Internamiento de Extranjeros), one in Madrid and the other in Valencia. Ainara (pseudonym) was interned in the Aluche CIE in Madrid, while XXXX —whose real name we do not know—was interned in the Zapadores CIE in Valencia. Their experiences as migrants in Spain are different, but they share in common a period of forced detention in a CIE and the subsequent silencing they had to suffer, or put up with, given the vulnerability of their legal status and the violation of the rights included in current Immigration Law.
Despite the regime of hypervisuality in which we all live in the global north, we are surrounded by black holes, opaque places and buried stories. There are policies of visibilization and invisibilization of the past and the unpalatable present that call for work and reflection in order to be able to access narrations left outside the hegemonic system of representation.
My primary instrument for gaining access to these personal accounts is listening. And this listening generally goes hand in hand with personal relations that go beyond the actual project itself and come about organically through spending time together and creating a working context in which many decisions are debated and agreed. My intention is not only to relay these accounts but also to underscore the reasons why they cannot be conveyed first-hand by the people themselves.
Detention Centres
The name “Centro de Internamiento de Extranjeros”, literally Internment Centre for Foreigners, is a euphemism which endeavours to disguise the fact that CIEs are prisons for migrants. These centres are not acknowledged as penitentiary institutions, thus favouring invisibility and impunity for what goes on inside them.
CIEs are racist prisons where the rights of the people detained are constantly violated. These centres are part of the machinery of migratory necropolitics and are interstices in which people are deprived of their dignity and their skills, and turned into victims of the perversity with which the system produces non-citizen persons, administratively speaking. (Paramés & Peñalosa, 2021)
Over the last century and a half, immigration has served to generate not just sufficient labour force but the excess which the capitalist market requires. Spain urgently needs a browbeaten and vulnerable workforce. That’s why borders are not just shared with neighbouring territories; Spanish immigration laws turn the whole of the territory into a frontier border territory with the CIE being a prime example of an internal border. The mission of these institutions is not to “redirect” the vital trajectories of detainees but to convey a differential disciplinary message to the whole of the immigrant population that coerces them into accepting whatever working conditions they are offered. (Simón, 2022)
Given the systematic violation of rights in CIEs, the threat of deportation often means that complaints or cases of abuse are not reported. This is because the result of filing a complaint is generally deportation: a one-way flight back to where you came from and another case closed. And so there is nothing to stop these violations of right in CIEs from being perpetuated. The machinery is so well-oiled and designed that anyone who speaks out is sure to get a seat on the next available flight. And once deported, these people disappear from the system, they no longer exist inside our borders and we usually hear no more from them. A quick end is put to life projects in the countries to which they emigrated, and they are abandoned to fate in their home countries (or third countries), the very places they left in many cases because of war, persecution or extreme poverty. This is the case of XXXX, a young man who, after an attempted escape from the Zapadores CIE, was put through hell in solitary confinement—more or less a prison within a prison. There he suffered multiple forms of violence to which he responded with active resistance, which I would like to focus on. In acts of disobedience like setting a mattress on fire or his repeated attempts to escape, we can catch a glimpse of the fissures opened up by showing spirit and the capacity for critical response that arise in limit situations like this.
I, XXXX
XXXX denounced the abuse suffered and, once again, the story ended up with deportation and another file closed. Before leaving, XXXX wrote a letter by hand in which he detailed his experiences in Zapadores CIE, an artefact which is a cornerstone for this part of the exhibition.
The spaces configured by institutions of detention and repression articulate the lives of what happens inside. The CIEs contain overcrowded cells with blue iron bunkbeds, the same furniture also to be found in the tiny solitary confinement cell in which XXXX was locked up. The interpretation of this meta-detention is formalized in a sculptural proposal called Yo, XXXX (I, XXXX) which replicates one of the bunkbeds from the CIE and adds other elements of confinement to give shape to a bed-cell of sorts. If we peek through the grating, we will see a cyanotype with the transcription of the letter XXXX wrote before being deported.
The letter tells a story that is not depicted because it contains a number of events that Power always manages to keep outside the picture. I believe it was necessary to somehow stage—in this case through the format of a storyboard and script—an overwhelming and turbulent sequence ripe to be turned into a movie.
The prison turned into another prison
In the case of the CIE in Madrid, there is a specific strategy to go undetected which is involved in the very name of the centre: Aluche CIE. The name conceals the fact that the Aluche CIE is really in Carabanchel, in the grounds of a former prison. This responds to a deliberate strategy of erasing any possible connection between one place and the other. The demolition of the panopticon of the Carabanchel prison in 2008 was an operation to wipe the slate clean on the shameful and repressive past of the most infamous prison during Franco’s regime. At the same time, this attempt to erase the memory was also an attempt to free the neighbourhood of Carabanchel of the stigma related with the prison and with delinquency, a stigma now cast on the figure of the precarious immigrant and relocated to the adjacent neighbourhood of Aluche. (García García, 2012)
In addition, there is another element that favours the invisibilization or camouflage of the CIE in the neighbourhood: the architecture of the building in no way corresponds to the usual design of spaces of repression. In fact, it has a colourful, playful appearance reminiscent of other types of places, and some people say it even looks like an Ikea. When the building was refurbished to turn it into a CIE, it was aestheticized to make what goes on inside it invisible. The walls were painted yellow and the windows were covered with blue screens to hide the bars behind them. Furthermore, the courtyard was covered over with a roof. These architectural elements prevented detainees from seeing the outside world and, vice versa, from the outside you could not see what was happening inside. This, combined with the colourful domes added on, means that many local people in Carabanchel have no idea that inside this singular building, directed by the National Police, immigrants are deprived of their freedom.
The Aluche CIE was opened in 2005 following the refurbishment of the former hospital of the Carabanchel prison undertaken by the architect Adolfo Morán who deployed a whole rhetoric of transparency, claiming that it is “an environmental building, with a roof that can be raised and lowered, which reminds us that the word ‘police’ stands for transparency.”
One of the most perverse elements the architect included in the refurbishment of the building were the aforementioned blue screens. These metallic coverings perforated with small holes allow a certain amount of light to enter but prevent visibility from inside out and from outside in. However, the bars on the windows of the CIE can be readily seen at night-time when the lights inside the cells are switched on.
Sunshade
The first part of this project consisted in replicating one of the screens from the CIE to signal the opaque regime of the whole deportation device through a specific architectural element that, to my way of thinking, synthetizes the research in a visual arts project that operates as a trace of the process. The work Quitasol (Sunshade) consists in this element taken out of context and accompanied by an image in which one can read the description Ainara makes of the windows. The sculpture, which filters the light entering the cells, also includes the detainee’s words are revealed by sunlight, using the nineteenth-century cyanotype technique in which images are produced by exposure to sunlight. There is an allegorical intention to remove this opaque screen in order to listen to what is being said inside.
Ainara was arrested by the police and interned in the CIE for a month because of her irregular undocumented situation. Migrants interned in a CIE almost never speak about or share their experiences. This is because, after the period of detention, they are either deported or allowed to stay in Spain but in the same irregular situation without documents. This condition is hard to resolve and means that these people are unable to identify themselves, file complaints, nor tell their story for fear of being detained again and/or deported.
Like a Home
At this juncture in the process I decided to make an audiovisual piece in which another person would embody Ainara’s story. This person, whose legal situation is in order, operates like an intermediary body, a loudspeaker, a medium, a channel for knowing Ainara’s experience first-hand. To undertake the piece Como una casa (Like a Home), I borrowed inspiration from the Verbatim Theatre technique, which gives rise to dramatized performances that reproduce transcriptions of real testimonies. My point of departure for the script was the recording of a long phone conversation I had with Ainara in which she told me about her experience as a migrant in Spain and all the institutional violence to which she was subjected.
Ainara’s story touches on several concerns illustrative of certain current problems which need to be addressed. Her story brings into question and forces us to think about issues like sex work, immigration law, the penitentiary system or structural racism and sexism. It is impossible to speak about sex work without speaking about migration. The arguments for abolitionist positions on prostitution ignore immigration law, which is the reason why so many women choose sex work over the precarious and enslaving jobs that Spain and its laws imposes on migrants. Nor is it possible to speak about migration without speaking about coloniality. As argued by Françoise Vergès (2022), among many other authors, colonial slavery plays a foundational role whose consequence is that racism continues to undergird institutions of power and to drive policies of expendable lives.
It was important that the person embodying Ainara’s story would be someone whose place of enunciation brings into question the issues cutting across the story. After agreeing with Ainara, I contacted the Mexican artist and actress Linda Porn, who is also a sex worker, an activist for the rights of sex workers and antiracist activist. Linda agreed to play the character and, from that moment onwards, we worked as a three-person team to produce the piece. Como una casa combines Linda Porn’s performance with real extracts from the phone conversation I had with Ainara. One can sense that there are two voices telling the same story, one voice which is given a body and the other a distant voice we are unable to identify.
Ainara and XXXX are our neighbours, the Valencia CIE is located in the Les Corts neighbourhood, the Madrid CIE is in Carabanchel. Our cities have an underbelly we do not want to see, places where, as Butler explains (2010), “some ‘subjects’ are not quite recognizable as subjects, and there are ‘lives’ that are not quite—or, indeed, are never—recognized as lives” and so, therefore, they don’t deserve to be grieved.
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BIBLIOGRAFÍA
BUTLER, J. Marcos de guerra: Las vidas lloradas, Barcelona: Ediciones Paidós Mexicana, 2010
GARCÍA GARCÍA, Sergio: Co-producción (y cuestionamientos) del dispositivo securitario en Carabanchel. Tesis doctoral. Directoras: Ana María Rivas Rivas, Mariantonia Rossana Cassigoli Salamon. Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Antropología Social, 2012
PARAMÉS, M. y PEÑALOSA, M.: Regularizar lo inhumano, una aproximación crítica al Centro de
Internamiento de Extranjeros de Madrid desde el género y la salud. Rosa Luxemburg Stiftung, 2021
SIMÓN, P. Miedo, viaje por un mundo que se resiste a ser gobernado por el odio, Barcelona: Penguin
Random House Grupo Editorial, 2022
VV. AA. (CIEs No Valencia): ¿Cuál es el delito? Informe de la Campaña por el cierre de los centros de internamiento: el caso de Zapadores. 2012
VERGÈS, F. Un feminismo descolonial, Madrid: Traficantes de sueños, 2022